Uno de los principales atractivos de nuestra casa rural es la cercanía de la estación de esquí de Sierra Nevada. Pero no siempre fue así. La historia de la estación de esquí de Sierra Nevada la inician los neveros. Desde muy antiguo, unos pocos hombres esforzados eran los únicos que subían a la Sierra de manera regular: «Los neveros», los dedicados a recoger nieve en las alturas y, una vez protegida lo rudimentariamente que permitían los medios de la época, con mantas de lana o entre pacas de paja, la cargaban en sus recuas de burros o de mulos y la traían a la ciudad de Granada para refrescar el agua o para granizarla en helados y sorbetes, a los que los granadinos eran tan aficionados. «Los neveros», a cuyo menester fatigoso y hasta arriesgado se dedicaron familias enteras durante varias generaciones, llegaron a dar su nombre al camino que recortan habitualmente, a través de senderos angostos y resbaladizos que las vertientes del Genil y del Monachil, la Fuente de los Castaños, El Purche, las Crestas del Dornajo, Peñones de San Francisco, Laguna de las Yeguas a la búsqueda de las umbrías y recodos donde abundaban los ventisqueros de nieves perpetuas. También hay una de las pistas negras en la estación de esquí de Sierra Nevada, que unen la zona de Montebajo con la pista del Río, que toma el nombre en honor de Los Neveros, los auténticos descubridores de Sierra Nevada.
A mediados del siglo pasado empezó a extenderse una nueva afición: el excursionismo, el afán de andar a través de los campos y las montañas, sin otros propósitos que admirar paisajes, disfrutar de la vida al aire libre y practicar ejercicio. En definitiva, la gente empezaba a valorar lo que las ciudades le iban negando: un ambiente limpio y saludable. Era el reencuentro con la Naturaleza. Había que pisar la naturaleza, sentir la tibieza de la tierra bajo los pies. Y eso fue lo que hicieron los primeros excursionistas, muy escasos en número y mal interpretados por el resto de la población, que los consideraba personas ociosas, despreocupadas y caprichosas. Parece ser que la práctica del excursionismo (del que luego derivarían el montañismo y el alpinismo) empezó en España por Cataluña. Al menos, catalanas eran las primeras sociedades que estimulaban la naciente afición. Sin embargo, en 1814, ya se había publicado en Granada un curioso libro anónimo, titulado «Un viaje que han realizado dos amigos a Sierra Nevada, con el fin de saciar el apetito de su curiosidad, y no con otro objeto», que puede considerarse un primer relato de excursionistas por nuestra Sierra. Así que quizás nos anticipáramos a los catalanes. De cualquier forma, no era lo mismo, sobre todo entonces, realizar excursiones por los hermosos parajes del Pirineo catalán y la Sierra de Guadarrama, que subir a las alturas impresionantes de Sierra Nevada. Esto ya no era tan fácil, tan cómodo y placentero. Aquí había que afrontar mayores fatigas para poder disfrutar de los panoramas incomparables que nuestra Sierra reservaba sólo para los más audaces e intrépidos. Más que la escasez de caminos y lo despoblado de la zona, la mayor dificultad residía en la propia grandeza de la alta montaña, con sus abismos y cortaduras, sus elevados cantiles, profundas cavernas, precipicios y ventisqueros donde los deshielos de la nieve eran un riesgo más que añadir al paso de un excursionista confiado. En los hoteles de Granada se podían pedir guías para las ascensiones aunque era difícil encontrarlas».
Por aquel tiempo unos pocos granadinos empezaron a plantearse la posibilidad de disfrutar de aquella maravilla, tan cercana como desconocida. El acercamiento a Sierra Nevada por los granadinos fue ciertamente tardío. Hasta 1882 no se organizó la primera excursión colectiva, protagonizada por la sociedad «El Fomento de las Artes», creada para actividades culturales, entre las que incluía esta práctica del excursionismo. ¿Y dónde mejor que Sierra Nevada? La iniciativa encontró entusiastas enseguida. En 1891, Valentín Barrecheguren y Alberto Alvarez Cienfuegos, socios del Centro Artístico (hoy junto al teatro Isabel La Católica), organizaron otra subida colectiva, que marcó el comienzo de una nueva etapa en la historia de Sierra Nevada, ya que, a partir de esta experiencia, las excursiones organizadas por el Centro se institucionalizaron en los años siguientes. Como consecuencia de este ambiente surgió a poco una nueva sociedad excursionista de Sierra Nevada: la nombrada «Diez Amigos Limited», una simpática peña que escogió su nombre por ser ése el número de sus componentes y por su propósito de no aumentarlos. Lo que empezó medio en broma, en 1898 terminó en serio y los miembros de la flamante asociación pronto conocieron a fondo los innumerables encantos de Sierra Nevada. La primera excursión la realizó el grupo en 1899. En cierto modo, los cimientos de la Sierra Nevada deportiva y turística de hoy, qué duda cabe que los pusieron estos hombres que acabamos de enumerar.
muchas gracias por toda la información sobre la Sierra Nevada y la estación de ski –
he oido que aparte de senderismo o excursionismo la actividad de ski tenemos gracias a un diplomatico norruego – pero no lo encuentro en el internet – sabe Vd. algo de estos rumores –
saludos cordiales – heide –
Gracias por tu comentario Heide.
Voy a consultarlo y si encuentro algo sobre el tema lo añadiremos a la web.
Saludos cordiales,